Edificado muy cerca del puerto, pero de espaldas al mar, en Bissau Velho, el barrio colonial de Bisáu, capital de Guinea-Bisáu, se encuentra un pequeño edificio, aparentemente de una planta. Está ubicado frente a los muros de protección del fuerte de San José de Amura, la fortaleza militar del mausoleo del padre de la patria, Amílcar Cabral. Esa estructura modesta, sin embargo, marcó durante décadas las pesadillas de miles de habitantes de la antigua colonia portuguesa. Primero fue la sede de la temida policía, después fue comisaría, centro de detención y prisión hasta que el lugar fue clausurado en 2011. Un año después, un grupo de organizaciones de defensa de los derechos humanos convirtieron aquel testimonio de la infamia en la Casa dos Direitos, un auténtico baluarte de las libertades ciudadanas. Hoy, pocos podrían imaginar el dolor que ha llegado a albergar, al ver su actual aspecto simpático y acogedor.Seguir leyendo