La derrota con Suiza volvió a dejar rastros de uno de los estigmas que acompaña a la España de Luis Enrique. La creación de ocasiones y la fabricación de goles ha estado al alcance de la mayoría de los rivales a los que se ha enfrentado la Roja en la etapa del preparador asturiano. Bajo su dirección, en 39 partidos la cuenta de tantos encajados asciende a 31, un promedio de 0,8 por partido. Son los problemas defensivos, derivados de la atrevida propuesta del técnico, los que han propiciado otra de las etiquetas que cuelga de su España: puede ganar o perder con cualquiera. Este martes en Braga, la Portugal de Cristiano Ronaldo mide la fortaleza defensiva de esta España sin caciques en su eje central.Seguir leyendo